martes, 1 de junio de 2021

Balance provisional de mi vida

El tema, en una primera aproximación, me daba cierto pudor. Me parecía que cuando uno habla de su vida se hace publicidad de lo bien que lo ha hecho. Pero no tiene porqué ser así. En un balance, además del activo (los aciertos), también puede ponerse el pasivo (los errores) para poder así determinar el estado en el que se encuentran las cuentas.

En el pasivo destaca, sin lugar a dudas, haber vivido como esclavo y no haber tenido el valor (ni el conocimiento, ni la oportunidad, ni el consejo, ni…) de romper las cadenas. Otros debes también son: no haber aprendido a tocar ningún instrumento musical, no haber colaborado como miembro activo de ninguna ONG, no haber emprendido un proyecto empresarial, no haber vivido en otro país, no haber dedicado más tiempo a mis amigos, haber trabajado de más (al menos en horas).

En el activo, además de los hijos y los libros escritos, destacaría los libros leídos y el amor por la cultura. Los cursos de verano en diferentes universidades han sido, probablemente, el mayor acierto desde el punto de vista de formación como persona. Haber dedicado tiempo al deporte también está en el haber. El tiempo compartido con los amigos, aunque poco, forma parte de lo mejor que he hecho. Los viajes también suman. No han sido muchos, pero sí muy enriquecedores.

Una vez repasado el haber, desde el punto de vista de cosas realizadas, me doy cuenta de que hay otra parte muy importante que no puedo olvidar, más íntima y menos tangible. Me refiero a la transformación que he sufrido desde el niño castellano, pobre, inculto, creyente, nacionalista e ingenuo que fui; al hombre ciudadano del mundo, culto, ateo e ingenuo que soy. Lo pongo en el haber porque no me queda otra que aceptarme, pero en mi fuero interior reconozco la equivocación que es dejar de ser de tu pueblo y perder la fe. Estar desencajado del mundo es un error. Pero como no he sido obligado a cometerlo, no me queda otra que contarlo como algo bueno en el balance de mi vida.

Balance final: positivo, pero podía haber sido más positivo.

5 comentarios:

  1. Cierto es que podría suscribirlo, si no palabra por palabra (ni tan viajado, ni tan culto, ni tan descreído de la Fe como puedo aparentar, lo que no sé en qué plato de la balanza va) sí que en líneas generales, pero como soy así y lo sabes, puntualizo, que algo quedará...
    Veo un error de concepto en la base del texto, y es considerar un DEBE la INACCIÓN. En ocasiones, lo más difícil y complicado de la vida es saber cuándo la inacción es precursor de algo positivo. ¿No dicen, por ejemplo, que debemos dejar que nuestros hijos cometan sus propios errores, a riesgo de pecar de inactivos? Pues eso, creo que se entiende lo que quiero decir.
    Dicho esto, al final todas y cada una de las experiencias interaccionan para hacer de nosotros lo que somos hoy, en cada instante, por lo que no es posible concebir todo lo bueno o malo que representamos hoy día sin lo que defines como el DEBE y el HABER. Si lo vemos así, todo en esta vida sería parte del HABER, qué coño. Aunque sabemos que, desgraciadamente, eso con nosotros, pensadores "preclaros" para nuestra desgracia, no funciona, je, je, je...
    En fin, que como decíamos, está en nuestra naturaleza cuestionarnos todo, aunque me da en la nariz que tu balance, por suerte y porque eres más inteligente ante la vida, es más positivo que el que yo pudiera hacer...
    P.S.: Nótese que no he hecho referencia hasta este punto, que perfectamente podría (debería) sobrar, al tema de la esclavitud vital. Me voy a llorar a la esquina, buenos días.

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  2. Muchas y muy acertadas puntualizaciones. Lo de la esclavitud vital se merecería un monográfico. Gracias

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  3. Una vida muy aprovechada, para los "debes" aún hay tiempo, mientras hay vida puedes seguir probando cosas e ir haciendo todo eso que te apetezca, aunque se sumen a los errores, porque los errores son mas vida incluso que los aciertos porque de ellos sales con la cabeza más clara, y esa claridad te permite seguir adelante, y disfrutar cada vez más de las pequeñas cosas, de un árbol, una flor, un insecto, una persona o ensanchar el pecho con alegría simplemente al notar el aire que entra y sale de ti y compartes con el mundo... Qué sentimental me he puesto, jejeje

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  4. Gracias por tu comentario, Bea. Aunque el libro del "Debe..." lo tengo bastante lleno, no dudo de que seguiré haciendo anotaciones sobre él. Equivocarme es mi especialidad. Espero que tengas razón y que sea de los errores de donde sale uno con la cabeza más clara.

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