Llevo veinte años escribiendo un diario de ideas. Hasta ahora ha sido algo tan secreto como un diario personal en el que uno anota intimidades. Se acabó el pudor, a partir de hoy (18 de febrero de 2011), aquí desnudo mi mente.
jueves, 1 de abril de 2021
Sobre la amistad
Mi buen amigo Rogelio ha muerto de coronavirus. La amistad es bidireccional, pero no siempre es simétrica. Se puede tener una buena amistad con alguien y ser ese alguien quien más hace por ella. Este era el caso. Y, me atrevo a decir, no sólo en su relación conmigo, también en el resto de muchas y muy buenas amistades que tenía. Y eso, tener muchos amigos, ya en sí indica algo especial en él. Lo normal es que tengamos dos o tres amigos de verdad y que el resto sean amiguetes. Hasta donde yo puedo saber, y sin ser nada exhaustivo, diría que Rogelio tenía al menos diez amigos de verdad. Y los tenía porque los cuidaba. La amistad era su religión y sus amigos éramos sus dioses. Un amigo del sí. Un amigo del adelante. Un amigo del cuenta conmigo. Un amigo que preguntaba cómo estás y se quedaba a escuchar cómo estabas. Mal, amigo Rogelio, ahora estoy mal, y tú sabes el motivo.
Raro es que alguien muera y se hable mal de él. Lo normal, bien al contrario, es que se hable bien, cosa que no siempre se merece el difunto. No es este el caso. Ha muerto una persona que hacía del mundo un lugar mejor en el que vivir, para los que le conocíamos y para todos aquellos que no le conocían pero que tuvieron la fortuna de cruzarse alguna vez en su camino.
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