A pesar de las muchas pesadillas vividas, todavía me
gusta soñar. Y aún mantengo la ilusión de que algún día la humanidad esté
unida. No parece fácil, lo sé. Pero, por si los vientos alguna vez se ponen
favorables, propongo, para cuando llegue ese día, o como un pasito para ir
preparando ese día (quien celebra unido permanece unido), las siguientes
fiestas mundiales:
6 de abril. Día de la Salud y del Deporte. La fecha
conmemora la inauguración, en 1897 en Atenas, de los Juegos Olímpicos de la era
moderna concebidos por el barón Pierre de Coubertin.
“Más rápido, más alto, más fuerte — Juntos”.
29 de mayo. Día de la Ecología y del Planeta. La fecha
celebra el día en el que Edmund Hillary y Tenzing Norgay se convirtieron en los
primeros humanos en hacer cumbre en el monte Everest, con 8.848 metros de
altitud, la montaña más alta de la Tierra.
“La vida humana es mucho más importante que llegar a la cima de una montaña”.
20 de julio. Día de la Ciencia y de la Tecnología. La fecha
evoca la llegada, en 1969, de Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin a la Luna.
“Un pequeño paso para el hombre,
un gran salto para la humanidad”.
10 de diciembre. Día de la Fraternidad y la Solidaridad. La
fecha festeja el día de 1948 en el que la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.