- Frente a sentimientos no hay argumentos
- Como no sé decir que no, ya no digo que sí
- Los celos, si son auténticos, son infundados
- No me gusta la gente que sólo afirma y nunca duda
- Hay personas que son como habría que ser, pero no como hay que ser
- Si ser indecente sale a cuenta; eso dice mucho la sociedad en la que vives
- Que ocurra lo que quieres sin tu hacer nada. Esa es la esencia de los fanáticos del deporte
- Hacer las cosas bien te hace sentir a gusto, hasta que llega un momento en el que te hace sentir como un tonto
- Durante la mayor parte de mi vida no entendía cómo se podía llegar a una guerra civil. Ahora lo que me sorprende es que no haya una cada día
- En el deporte se puede disfrutar y ganar, se puede ganar y disfrutar, se puede disfrutar y perder, se puede no disfrutar y perder, y se puede perder y no disfrutar
El aprendiz
Llevo veinte años escribiendo un diario de ideas. Hasta ahora ha sido algo tan secreto como un diario personal en el que uno anota intimidades. Se acabó el pudor, a partir de hoy (18 de febrero de 2011), aquí desnudo mi mente.
lunes, 1 de abril de 2024
Abril 2024
viernes, 1 de marzo de 2024
Sicilia
Ya no quiero saber más de ti, Sicilia.
Un buen amigo, bueno de los de verdad, que conocía mi corazón, ya me lo dijo: "Tú, que amas la Grecia Clásica, vete a Sicilia". Por fin voy a ir y, aunque ya no te pueda contar cómo mi corazón se ensanchará, cómo mis ojos llorarán y cómo mi mente encontrará paz, volveré a acordarme de ti, querido amigo, como tantas veces lo he hecho desde que el destino te alejó de mí y de todos, y muchos eran y son, los que te queríamos y te queremos. Mi corazón se encogerá, mis ojos llorarán y mi mente te recordará.
Ya no quiero saber más de ti, Sicilia. Con lo poco que he visto, con lo poco que he leído, me sobra y me basta. Ya te amo como don Quijote amaba a Dulcinea, sin conocerte. Pero sé, sí, lo sé, que te amaré porque tienes en tus tierras el recuerdo de la época en la que debí de nacer, porque tiene en tu aire las moléculas que inhalaron y exhalaron quien supieron vivir, porque tienes en tu luz la luz que iluminó el mundo y que ilumina mi mundo.
No quiero adularte más, aunque lo merezcas. Los de corazón griego no somos de gustar del exceso ni de la ostentación.
Hasta pronto, mi ya amada Sicilia. Ya no quiero saber más de ti hasta que mis ojos te vean, hasta que mi piel te sienta, hasta que mi nariz te huela, hasta que mi paladar te deguste y hasta que mis oídos vuelvan a escuchar el eco de las palabras de los hombres que vivieron en la época en la que debí de vivir yo.