- Si no te van a entender, ¿para qué hablar?
- Si te van a entender, ¿para qué hablar si ya te entienden?
- Necesitamos ser escuchados, pero, sobre todo, necesitamos hablar
- ¿Es tan difícil encontrar un alma gemela que basta con encontrar un alma?
- Pocas cosas son más peligrosas que la adulación, si acaso la falsa adulación
- Hay días que pienso: “qué lista es la gente”; y días que pienso: “qué tonto que soy”. ¿Es el mismo pensamiento?
- Cualquiera comprende a un niño que da guerra, salvo quien siendo niño dio mucha guerra
- La libertad de expresión te la pueden quitar, pero no te la pueden dar
- ¿Qué hacer con la gente que no tiene sueños? Sufrir sus pesadillas
- Cuando ya no esperas nada de la vida, ¿estás muerto?
domingo, 1 de marzo de 2020
Marzo 2020
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4. A veces basta con ver con nitidez a quien tienes delante pero para eso hay que quitarse las gafas de los prejuicios. Hay personas que se rodean de un halo de fantasía pero cuando las quieres tocar nunca las alcanzas porque son como decía Flaubert: "A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos". En cambio las pepitas de oro a menudo están ocultas por el lodo.
ResponderEliminarBuena reflexión. Me recuerda a los garimpeiros. En efecto, las pepitas de oro a menudo están ocultas en el lodo.
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