domingo, 1 de mayo de 2022

Pequeñas contrariedades de la vida

Me contraría ir a encender la luz y que la bombilla esté fundida. Que se me averíe el coche. Que me encuentre con un atasco inesperado (esta es de las grandes contrariedades de mi vida). Encontrarme cerrado algo que creía que iba a estar abierto (en agosto el chino que hay debajo de mi casa, por ejemplo. Tres días en todo el mes, tampoco no nos volvamos locos que somos chinos). Que cuando saco el momento, el raro momento, para poder ir al cine, hayan quitado la película que quería ver. Ir al gimnasio esperando ver a la guapa de los jueves y que ese día no haya ido (lo que, por ejemplo, me ha pasado hoy). Ver por la mañana, o al mediodía, o por la tarde a la mala jefa, y mala persona, que tengo en el trabajo (pero no es a la única que me desagrada ver). Ir a comer algo y ver que está caducado. Que me sirvan una cerveza caliente, es decir, que no esté al punto de congelarse (con la edad en este tema he ido a peor). Que me sirvan cerveza mal tirada (en los McDonald's, por ejemplo) y/o en vaso de plástico (en los McDonald's, por ejemplo). Salir del trabajo y ver que es de noche. Que me cambien los planes, aunque con los años en este asunto he ido a mejor. Escuchar conversaciones de gente egoísta justificando su egoísmo. Ver cómo los listos abusan de los tontos (no hace falta que abusen de mí). Ver como la estupidez crece y crece por falta de información. Ah, no, que no era por eso. Ver como la estupidez crece y crece a pesar de tener acceso a la información. Ver como mi mente desea sexo pero mi cuerpo (en especial la zona más implicada) no responde. Me contraria, y mucho, hacer trabajos inútiles a sabiendas de que lo son: informes que no va a leer nadie, rellenar formularios superfluos, tener que supervisar a otras personas. Por cierto, eso me ha recordado una de las contrariedades que más me suceden: tener que rellenar una y mil veces los mismos datos: domicilio, teléfono, DNI, correo electrónico, código postal,... en matrículas del colegio, formularios de lo más diversos, cuentas en internet,… Me fastidia oír cómo celebran victorias deportivas gente que nada ha hecho para que se produjesen: ni como actores ni como espectadores. Y más si lo hacen, como suele ser el caso, de manera ruidosa y hasta la hora que les da la gana. También me contraria ver banderas colgadas en los balcones o a gente que la lleva en la muñeca como si fuese la marca que se pone al ganado para saber quién es su dueño. Me fastidia la gente que vive como si los demás no existiésemos. No me contraría ceder el paso, incluso cuando yo tengo la preferencia, pero me contraria que invadan mi carril sin poner el intermitente (como si yo no existiese) quien además tiene el ceda el paso, y que además coincida con la banderita colgada en el retrovisor. También me desagrada querer, pero no poder, ir a algún lugar y que no haya transporte público. Tener que reír las gracias, por ser esclavo, a gente que no tiene ninguna gracia. Escuchar cómo se ríe estúpidamente gente estúpida. Y por último, me contraria ver cómo, predicar en el desierto, en lugar de crear oasis, lo que hace es crear más arena.

4 comentarios:

  1. Lo peor/mejor de todo es reconocerte/me en casi cada una de las frases entre un punto y el siguiente... Si acaso añadiría, como bien sabes, algún que otro ítem a la excelsa lista que me he leído casi sin respirar, y conteniendo las ganas de llorar un tanto fuerte. El problema de generar este comentario, como sabes, decía, es que temo comenzar y no ser capaz de parar. A riesgo de ello, me atrevo a indicar: Te falta, por ejemplo, lo que contraría llegar al trabajo y que también sea de noche, como al salir. Que quien no ha de realizar ningún esfuerzo, más que insinuar su posición superior a la tuya, decida cómo vas a tener que organizar, tu día, tu semana, o toda tu vida laboral, con lo que afecta a la personal. Lo que contraría tener que callarte cuando sabes que tienes razón. Que se apropien de tus ideas, o que las expropien, directamente. Que esté por encima quien no ha hecho méritos para ello, por apellido o por caradura, básicamente. Me contraría, cada día de mi vida, que no tenga nada que ver con lo que soñé cuando aún era capaz de soñar. Me contraría el clima a destiempo. Que haya lugares que desconozco y me encantaría visitar. La mala educación, de la que cada vez me contagio más, y más pronto. El mayor fastidio es no poder asegurar la vida de los hijos, por mucho que intentemos escudarnos en que las contrariedades forjarán su carácter. Con perdón, ¡y una mierda!
    Podría seguir, bien lo sabes, MUCHO. Pero, en fin, nos hacemos una idea...
    Pedazo de entrada. Mis parabienes.

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  2. Me gustan mucho estos comentarios que tienen más enjundia que la propia entrada en el blog. Gracias por hacerme, hacernos, participe de tus opiniones. Bien sabes que comparto, y sufro, esas contrariedades de la vida que aportas.

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  3. Jajaja, yo llevo domesticándome 40 años para pasar de todo, sangre de horchata como suelen decir, antes de parecerme a mi padre que todo le molestaba. Pero cuando sufro o veo sufrir lo que yo creo que es una injusticia, eso me contraría tanto que de sangre horchata se vuelve fuego, jajaja

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  4. Domesticarse a una misma no es problema, lo malo es que te domestiquen. Prueba de ello es que te hierba la sangre frente a las injusticias.

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