domingo, 10 de diciembre de 2023

75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Dicen que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es papel mojado, pero yo creo que, a pesar de ello, todavía se pueden leer sus textos. Cuando yo lo hice por primera vez, me impresionó que sólo tuviese 30 artículos, que fuese tan breve, tan sencilla. La leí en una edición ilustrada que publicó Amnistía Internacional. Cada derecho venía en castellano, catalán, vasco y gallego y, creo recordar, entre todos los derechos ocupaba unas cuarenta páginas, incluidas las ilustraciones de varios dibujantes y con un tamaño de letra generoso. Me gustó tanto contenido en tan poco texto. Pero puesto a condensar, con el primer artículo de la Declaración ya sería suficiente. Si se cumpliese, sobrarían los otros 29.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Para mí todos los artículos son válidos e importantes, aunque entiendo que algunos tienen difícil transposición a ciertas culturas y difícil encaje en alguno de los 194 países que hay hoy reconocidos en el mundo. El único con el que no estoy de acuerdo es con el artículo 15, el que habla de que todos tenemos derecho a una nacionalidad. Entiendo que sea uno de los más queridos por la gente, pero no para mí, que no me gustan los nacionalismos. Dicho esto, respeto el derecho de la gente a tener una patria, pero, añadiría yo en este artículo, también el derecho a vivir sin ella.

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